Dr. Carlos Orellana Kury

Las hemorroides son venas hinchadas en el recto y el ano, similares a las venas varicosas. Pueden ser internas (dentro del recto) o externas (fuera del ano). Se desarrollan por un aumento de presión en el área, a menudo debido al esfuerzo durante la defecación, el estreñimiento crónico, o el embarazo. Los síntomas pueden incluir dolor, picazón, sangrado o la presencia de bultos. 

Una fisura anal es un pequeño desgarro en el tejido que recubre el ano, causado comúnmente por heces duras o estreñimiento. Se caracteriza por dolor intenso durante y después de la defecación, a veces con sangrado. El tratamiento suele incluir medidas como baños de asiento, cremas y, en casos persistentes, inyecciones de toxina botulínica o cirugía.

Las fístulas perianales son canales anormales que se forman entre el ano o recto y la piel circundante, y pueden ser causadas por abscesos o infecciones. Estas fístulas pueden causar dolor, supuración y en algunos casos, fiebre. El tratamiento suele ser quirúrgico, aunque existen opciones para aliviar el malestar en espera de la cirugía.  

Los abscesos perianales son colecciones de pus que se forman en el tejido alrededor del ano debido a una infección bacteriana, generalmente causada por una obstrucción en las glándulas anales. Son más comunes en hombres y suelen causar dolor, inflamación y enrojecimiento en la zona. El tratamiento suele ser quirúrgico, con drenaje del absceso, y en algunos casos se complementa con antibióticos. 

Las enfermedades del colon más comunes incluyen el síndrome de intestino irritable (SII), la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, diverticulitis, pólipos del colon, y cáncer de colon. Estas afecciones pueden causar diversos síntomas, desde dolor abdominal y cambios en los hábitos intestinales hasta complicaciones más graves. 

La diverticulitis es la inflamación o infección de los divertículos, pequeñas bolsas que se forman en la pared del colon. La mayoría de las personas con divertículos (diverticulosis) no presentan síntomas, pero cuando se inflaman o infectan, se produce diverticulitis. Los síntomas comunes incluyen dolor abdominal, fiebre y cambios en los hábitos intestinales. 

El prolapso rectal ocurre cuando el recto, la parte final del intestino grueso, se desplaza hacia abajo y sobresale a través del ano. Puede ser parcial (solo el revestimiento) o completo (toda la pared rectal). 

El cáncer de colon, o cáncer colorrectal, es una enfermedad en la que las células en el colon o recto comienzan a crecer sin control. A menudo comienza como pólipos (crecimientos anormales) que pueden convertirse en cáncer si no se extirpan. El diagnóstico temprano y la detección son cruciales para un mejor pronóstico. 

Un rectocele es una condición en la que la pared anterior del recto se hernia hacia la pared posterior de la vagina, formando una protuberancia. Esta condición, también conocida como prolapso vaginal posterior, ocurre cuando el tejido que separa el recto y la vagina se debilita o se desgasta, causando que el recto empuje hacia la vagina. 

El estreñimiento, o constipación, es una condición en la que las heces se mueven lentamente por el intestino grueso, lo que resulta en evacuaciones intestinales poco frecuentes, difíciles o dolorosas. Las heces suelen ser duras y secas, y puede haber una sensación de evacuación incompleta. 

El colon irritable, también conocido como síndrome del intestino irritable (SII), es un trastorno que afecta al intestino grueso, causando dolor abdominal, hinchazón y cambios en los hábitos intestinales. Los síntomas pueden variar, incluyendo diarrea, estreñimiento o ambos, y a menudo están relacionados con el estrés o cambios en la dieta. 

Las enfermedades del colon más comunes incluyen el síndrome de intestino irritable (SII), la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), la diverticulosis y la diverticulitis, así como el cáncer de colon. 

El cierre de colostomía, o reversión de colostomía, es un procedimiento quirúrgico que se realiza para cerrar una colostomía y restaurar la continuidad del tracto gastrointestinal, permitiendo que las heces puedan pasar a través del ano. Esta cirugía se lleva a cabo cuando la colostomía ya no es necesaria, por ejemplo, porque la condición que la requirió ha sido tratada o porque el paciente ha recuperado la función intestinal.